"Extraños en el tren nocturno"
Hitchcock se quedó impresionado tras leer "Extraños en un tren", escrita por una entonces desconocida Patricia Highsmith. El tiovivo, las gafas gruesas y el encendedor de cigarrillos que hoy son iconos de la película fueron añadidos al filme que lo unen en nuestra imaginación a casi todo relato con tren y asesinato.
Título: "Extraños en el tren nocturno"
Autor: Emily Barr
Editorial: Maeva
Hay pocas cosas en común entre Barr y Highsmith, yo diría que para tranquilidad de la primera, y tampoco demasiado entre las dos historias que se cuentan, salvo los mimbres necesarios para construir una buena trama, intrigante y progresiva. La vida en apariencia feliz de una mujer casada queda rota cuando desaparece en un tren, dejando atrás a un hombre apuñalado. Otra mujer, amiga reciente de la desaparecida, con un dolor oculto que la hace sensible a la situación, lo pone en duda. La autora apuesta claramente por el público femenino para desenredar un ovillo que la llevará a la lejana Asia.
Emily Barr estudió Historia del Arte y en 1994 fue declarada mejor periodista estudiantil del año por The Guardian y pasó a trabajar en el medio, donde se dio cuenta después de algunos años que no hacía el tipo de trabajo que quería. En un impulso, preguntó si podía irse a viajar con una mochila y escribir una columna. Durante seis meses recorrió Asia, África, América, Europa y Australia. Se dedicó a la escritura de columnas sobre sus viajes durante un año (para The Guardian y para el dominical The Observer) y al regresar tenía la idea de escribir una novela sobre los mochileros en Asia. Desde entonces ha publicado ya once novelas más, la más reciente "Extraños en el tren nocturno".
Historia clásica, sin concesiones al estilo sincopado de acción que es tan habitual en el género. Nos vamos enterando de nuevas situaciones al tiempo que lo hace la joven investigadora, hasta que la acción se precipita en un desenlace no desgraciado. Entretenimiento eficaz y digno de un viaje en tren.
Carlos López-Tapia